¿Qué es un delito fiscal en España?
El delito fiscal es una falta muy grave en la que alguien engaña a la Hacienda pública, pero hay más. Para que sea considerado un delito fiscal, la cantidad de dinero defraudado tiene que ser superior a 120.000 euros. Y si se demuestra que alguien ha cometido este delito, puede tener graves consecuencias, como ir a la cárcel o tener que pagar una multa muy grande.
Además, hay distintos grados de delito fiscal. Por ejemplo, si la cantidad defraudada es muy grande o si la persona que lo hizo lo ha hecho varias veces, la pena es más severa. Por otro lado, si el infractor se arrepiente y paga lo que debe antes de que lo descubran, puede tener una pena menor.
Tipos de delitos fiscales
Existen diferentes tipos de conductas que pueden constituir un delito fiscal, como por ejemplo no declarar los ingresos obtenidos, deducir gastos falsos o no pagar los impuestos correspondientes. Sin embargo, para que se considere un delito fiscal, la cantidad defraudada debe ser superior a los 120.000 euros.
Si se comete este delito, las consecuencias pueden ser graves. Las penas a imponer dependerán de las circunstancias del caso, pero en general pueden incluir multas, penas de prisión e incluso la inhabilitación para ejercer cargos públicos.
Cabe destacar que tanto las personas físicas como las jurídicas pueden cometer delitos fiscales, y que existen diferentes grados de agravamiento o atenuación de la pena en función de las circunstancias del caso.
Ahora bien, si has cometido un delito fiscal y quieres evitar las consecuencias penales, puedes regularizar tu situación tributaria antes de que se inicie una investigación. En este caso, podrías ser eximido de la responsabilidad penal.
Delito fiscal agravado
Para que se considere delito fiscal agravado, la cantidad defraudada debe ser superior a 120.000 euros y además, el juez es quien determinará el monto exacto de la deuda tributaria. Y esto es importante, porque el delito fiscal agravado conlleva penas más duras que el delito fiscal común.
Por ejemplo, las penas pueden incluir prisión y multas conjuntas. Además, el sujeto pasivo del delito fiscal es la Hacienda Pública, mientras que el sujeto activo puede ser cualquier persona o entidad que cometa la acción fraudulenta.
Existen también circunstancias que pueden agravar el delito fiscal, como la utilización de sociedades instrumentales, la existencia de una organización criminal, entre otras. Y al contrario, también existen circunstancias atenuantes, como el pago voluntario de las cantidades defraudadas o la regularización de la situación tributaria.
Delito fiscal atenuado
Se llama delito fiscal atenuado y se aplica cuando la cantidad defraudada es menor a la establecida, cuando se colabora con la investigación o se paga la deuda antes de que te pillen. En resumen, se te baja la pena por hacer las cosas bien.
Ejemplos de delitos fiscales
Estos son algunos de los 10 delitos fiscales más comunes:
- Elusión fiscal: Se trata de utilizar medios lícitos para pagar menos impuestos de lo que corresponde. Sin embargo, si esta estrategia se lleva al extremo y se utiliza con el objetivo de evitar pagar impuestos de forma fraudulenta, se convierte en delito fiscal.
- Simulación de operaciones: Consiste en realizar operaciones que aparentan ser legales pero que en realidad son ficticias. Esto se hace para obtener deducciones fiscales indebidas o para ocultar ingresos reales.
- Omisión de declaraciones: El no presentar una declaración cuando se está obligado a hacerlo es un delito fiscal. Esto se da cuando se omiten ingresos o ganancias obtenidas de forma lícita o ilícita.
- Falsificación de documentos: Alterar o falsificar documentos con el fin de reducir la cantidad de impuestos a pagar es un delito fiscal. Ejemplos de documentos que se suelen falsificar son facturas, recibos, balances contables y declaraciones fiscales.
- Facturación falsa: Se refiere a la emisión de facturas o recibos falsos para justificar pagos que en realidad no se han realizado. Esto se hace para obtener deducciones fiscales indebidas o para ocultar ingresos reales.
- Ocultación de bienes: Consiste en ocultar bienes o ingresos para evitar pagar impuestos sobre ellos. Esta práctica suele darse en casos de economía sumergida o en el ámbito de las empresas.
- Uso indebido de incentivos fiscales: El uso indebido de incentivos fiscales se produce cuando se aprovechan estas medidas para obtener beneficios fiscales que no corresponden a la realidad económica de la empresa.
- Fraude en subvenciones: Consiste en obtener subvenciones de forma fraudulenta, ya sea mediante la presentación de documentación falsa o mediante la ocultación de información relevante.
- Blanqueo de capitales: El blanqueo de capitales es un delito fiscal que consiste en ocultar o disimular el origen ilícito de los fondos obtenidos, con el fin de que estos parezcan legales y puedan ser utilizados sin problema.
- Impago de cuotas a la Seguridad Social: El impago de cuotas a la Seguridad Social es un delito fiscal que se comete cuando se dejan de abonar las cuotas correspondientes al alta de trabajadores en la Seguridad Social.
Sanciones que puede acarrear un delito fiscal
Las penas a imponer son bastante duras, el tipo básico se castiga con multas y con la privación del derecho a obtener subvenciones y ayudas públicas, así como el de gozar de beneficios o incentivos fiscales o de la Seguridad Social. Además, puede conllevar penas de prisión de entre 1 y 5 años.
La Hacienda pública es la que sufre el daño en cualquiera de sus modalidades territoriales: estatal, autonómica, foral, local o europea. El sujeto activo puede ser cualquier persona, ya sea física o jurídica, incluyendo a los empresarios.
Si el delito fiscal es cometido por alguna de las siguientes circunstancias, se considera tipo agravado y las penas son mucho más duras: cuando se utilizan para cometer el delito sociedades, fundaciones, asociaciones, cooperativas u otras personas jurídicas, cuando se han obtenido indebidamente devoluciones o compensaciones, o cuando la cantidad defraudada supera los 600.000 euros.